El tiempo pasa volando cuando el querido Hernán Maureira, de la red TVN Antofagasta, comienza a desenredar la madeja de las historias y anécdotas que se acumulan en la memoria. En 30 minutos de conversación nos subimos a un portaaviones gringo y caminamos por Colchane, experimentando de primera mano la crisis migratoria. Desde sus inicios como junior en el antiguo Telenorte, a plantearse la jubilación dentro de pocos años, este es el relato de un pedazo de la historia de un hombre que ha vivido casi toda su vida con una cámara al hombro.
Desde la ciudad de Antofagasta atiende el teléfono Hernán Maureira, hombre perteneciente a la red Antofagasta de TVN desde el año 1996. La primera aclaración que hace es que ya no es camarógrafo, sino que ahora su cargo es el de realizador. Un cambio de nombre meramente formal, debido a exigencias de la Inspección del Trabajo y las largas jornadas que a menudo toca enfrentar.
Hernán cubriendo la llegada del Ten Tanker para ayudar a extinguir los incendios forestales.
Su paso a TVN red Antofagasta se produce en 1996, cuando Telenorte ya vivía sus últimos años.
Su vida al lado de la cámara, su compañera de vida, comenzó en la extinta red Telenorte, perteneciente a la Universidad Católica del Norte. En dicha casa televisiva comenzó haciendo las labores de Junior, y desde ahí fue aprendiendo el oficio, hasta quedar a cargo de la producción del exitoso matinal Buenos Días Región, programa matinal que duró cerca de 8 años al aire.
Su paso a TVN red Antofagasta se produce en 1996, cuando Telenorte ya vivía sus últimos años. En el canal estatal ha vivido cientos de coberturas. Tanto en el extranjero como a nivel nacional.
Recuerda que una de sus primeras coberturas fue la inauguración de la ruta internacional Antofagasta – Lima, del remodelado aeropuerto internacional de la ciudad. En aquella oportunidad le toco viajar en el vuelo inaugural de dicha ruta.
A pesar de haber participado de la visita del Papa, y haber cubierto y presenciado el fusilamiento de Hernández y Villanueva, los CNI involucrados en el denominado Robo del Siglo en 1983, Hay dos coberturas que recuerda con especial interés y por razones distintas.
La primera es haber participado en la cobertura de la visita a Chile de uno de los portaviones más grandes del mundo. Y no solo haber participado, sino que haber aterrizado sobre la pista y haber estado sobre la cubierta de la nave mientras despegaban diversos aviones. “Yo había visitado buques antes, misileras, helicópteros, he estado en varias partes, pero nunca había aterrizado en un portaviones”
En pleno altiplano
La segunda es más actual y sin duda involucra sentimientos de humanidad. Hace poco le tocó cubrir la crisis migratoria en la localidad de Colchane. “Cuando llegué a Colchane, me di cuenta que hay gente que camina por el desierto con niños y familias completas, y algunos no tienen idea a que vienen a Chile” El frío y las condiciones humanas que están detrás del drama de la inmigración le marcó. “Imagínate que yo llevaba ropa abrigada, el canal nos pasa parcas buenas y ropa abrigada, y tenía frío dentro del alojamiento, y miraba por la ventana y veía a los tipos tapados con un cartón soportando el frío. Yo le decía a la periodista que ganas de decirle a estos tipos que se vengan pa acá con los niños. Eso me marcó mucho, sobre todo porque yo tengo nietos de la misma edad de los niños que ves caminar por el desierto soportando el frío”.
Al igual que todos los trabajadores del canal, Hernán no está ajeno a la complicada situación económica que ha golpeado a TVN en los últimos años. Aunque entiende que ha tenido efectos positivos, “en el sentido de que ahora, para ahorrar han tenido que confiar más en la gente de regiones, y se han dado cuenta que la gente de regiones es igual de talentosa que la gente de Santiago”.
Cercano a la edad de jubilación piensa que “seguramente seguiré ligado a TVN o lo audiovisual, como freelance seguramente(…) porque no sé hacer nada más que estar con una cámara al hombro (…), y si no se puede, me gustaría emprender, poner una picada de comida, que aquí en la zona hay pocas”.
Y, por supuesto, el día que cruce la puerta de salida por última vez, está seguro que se le recordará como alguien que siempre intento aportar desde lo profesional y lo humano. Porque finalmente, “aquí en la red Antofagasta somos poquitos, pero somos una familia”.